K.I.K.E y Escena Electrónica Ecuatoriana, Un Artista, Un Puente, Una Comunidad
Desde Piñas hasta los escenarios más vibrantes del Ecuador, el DJ y productor peruano K.I.K.E ha encontrado su propósito: crear conexiones reales a través del ritmo, la energía y la libertad que solo la música electrónica puede ofrecer.
El Niño Que Soñaba Con Los Beats De Tomorrowland
Luis Enrique Ñiquen Vite, conocido artísticamente como K.I.K.E, nació en Perú, pero creció en Ecuador, país donde la música electrónica se convirtió en su lenguaje más natural. “Siempre me gustó coleccionar música de todos los géneros y armar playlist en mi computadora”, recuerda con una sonrisa.
Su despertar artístico comenzó en 2018, en pleno auge de la música EDM y de festivales legendarios como Tomorrowland. Aquella euforia visual y sonora lo marcó profundamente. “Me gustó ver cómo los DJ’s mezclaban en los festivales y transmitían alegría, cómo el público sentía una variedad de sensaciones, desde la euforia hasta la calma. Ese momento me hizo entender que quería dedicarme a esto”, confiesa.
El Crecimiento De Una Escena En Expansión
Para K.I.K.E, Ecuador vive un renacimiento musical. La escena electrónica local, que hace algunos años era pequeña y dispersa, ahora se fortalece con promotoras, sellos y productores emergentes. “Está en su mejor momento. Cada artista tiene un estilo distinto; el mío es el tech house. Y mi forma de aportar es apoyando a nuevos talentos”, afirma.
Esa visión se cristaliza en Soundset Music EC, su promotora de eventos, desde donde impulsa a DJ’s locales y crea espacios auténticos para que nuevas voces encuentren su público. En cada edición de Soundset Yacuviña, el festival insignia de la marca, K.I.K.E combina profesionalismo y pasión por la cultura electrónica.
Más Allá Del Baile: La Conexión Humana
Cuando K.I.K.E sube al escenario, no busca solo que la gente se mueva: busca que se libere. “Quiero que las personas se sientan libres de expresarse, de soltar sus inhibiciones y disfrutar sin preocupaciones. Que la música las transporte a un estado donde se sientan vivas y conectadas”, explica.
Sus sets, que han hecho vibrar clubes en Quito, Guayaquil y festivales como Soundset, son una experiencia colectiva. “Es mágico ver cómo desconocidos se conectan a través de un drop, cómo sonríen y se animan mutuamente. Eso es lo que me motiva a seguir”, agrega con emoción.
Explorando Nuevos Sonidos Y Fronteras
El artista se mantiene en constante evolución. Aunque su base es el tech house y el minimal, su curiosidad lo ha llevado a descubrir propuestas híbridas que lo inspiran. “Hay un estilo nuevo que están desarrollando productores brasileños como Greg (BR), Roddy Lima o Duarte, que mezcla minimal con deep tech. Ese sonido fresco me ha cambiado la manera de producir y mezclar”, comenta.
Esa apertura estilística es una de las claves de su autenticidad: cada set de K.I.K.E es una conversación con el público, una búsqueda por mantener el equilibrio entre lo técnico y lo emocional.
El Desafío De Ser Un Artista Multidimensional
Detrás del artista hay también un gestor incansable. Ser DJ, productor y tour manager no es tarea sencilla, pero para él ha sido una escuela de vida. “Siempre me gustó la música electrónica, pero empecé haciendo eventos primero. Con Soundset tengo una visión grande como marca: quería crecer como promotor antes de hacerlo como artista”, explica.
Su trabajo ha dado frutos. El booking de artistas ecuatorianos que maneja se ha convertido en una plataforma para exportar talento y crear redes internacionales. Además, está preparando el lanzamiento de su propio sello discográfico, un paso natural en su misión de fortalecer la escena nacional.
Cuando Los Retos Se Transforman En Triunfos
Uno de los mayores desafíos de su carrera fue organizar la tercera edición de Soundset Yacuviña con apenas 20 días de promoción. El resultado fue un éxito rotundo: casi 2.000 personas asistieron al evento. “Aprendí a tener calma, a no desaprovechar ni un solo día. Fue una prueba de resistencia, pero también una lección sobre lo que se puede lograr con pasión y enfoque”, cuenta.
Este tipo de experiencias lo han convertido en un referente para otros artistas emergentes, demostrando que la organización, la constancia y la fe en el proyecto son tan esenciales como el talento.
Los Momentos Que Marcan Un Camino
Cuando se le pregunta por su conexión más mágica con la música, K.I.K.E no duda en mencionar su visita a Lost Beach Club, en Montañita. “Fue en mi cumpleaños. Sentí cada bajo, cada frecuencia. Ese sistema de sonido es de los mejores del mundo. Ahí entendí lo poderosa que puede ser la conexión entre la música y el alma”, recuerda.
Esa emoción se refleja también en su público. “Me encanta ver cómo las personas se mueven al mismo tiempo, cómo levantan los brazos. Es como si la música hablara por todos nosotros”, dice.
Un Artista, Un Puente, Una Comunidad
Más allá de su carrera individual, K.I.K.E se ha convertido en un impulsor de comunidad. Su visión es clara: construir una escena sólida desde el apoyo mutuo. “Donde crecí no había quien me enseñara a tocar. Aprendí solo, por curiosidad. Por eso ahora quiero brindar espacios a quienes se esfuerzan por vivir de lo que aman”, explica.
Ha trabajado con artistas internacionales como Twenty Six, Discip, Freenzy Music y Greg (BR), de quienes ha aprendido tanto de música como de cultura. “Ver cómo crecen y saber que Soundset fue parte de su camino me llena de orgullo”, afirma.
Cuando se le pregunta qué quiere que la gente recuerde de él, responde con humildad pero con convicción:
“Quiero que me reconozcan por ser un artista emergente que salió de Piñas, que creó una nueva escena y que apoyó a los talentos locales. Que digan que empecé como promotor y me volví DJ por amor a la música electrónica.”
Ese amor sigue siendo su motor. Con cada beat, con cada evento y con cada colaboración, K.I.K.E está dejando su huella en la historia contemporánea de la música electrónica ecuatoriana, demostrando que la pasión, cuando se convierte en propósito, puede transformar no solo una carrera, sino toda una escena.





